“Creo que lo que me
sucede es maravilloso y no sólo por lo que puedo ver en mi cuerpo, sino por
todo lo que está sucediendo dentro de él”. 5 de Enero de 1944
Quizás la tarea
más importante de la adolescencia consiste en la búsqueda, o más bien, en la
construcción de su propia identidad, vale decir, viven en la permanente
pregunta de ¿Quién soy en realidad?
Los adolescentes necesitan desarrollar sus propios valores, opiniones e
intereses y no sólo desean repetir los modelos de sus padres. Desean sentirse
amados y respetados por lo que son, y para eso han de saber primero quiénes
son.
“La adolescencia es un
periodo de transición en el desarrollo entre la niñez y la edad adulta. Por lo
general, se considera que comienza de los 12 ó 13 años y termina hacia los 19 ó
20. Sin embargo su base física ha comenzado mucho antes, y sus ramificaciones
psicológicas pueden perdurar hasta mucho después”. En general se considera que
la adolescencia comienza con la pubertad, el proceso que conduce a la madurez
sexual, cuando una persona puede engendrar. Aunque los cambios físicos de este
periodo de vida son radicales, no se desatan de un golpe al final de la niñez,
sino que la pubertad forma parte de un largo y complejo período que comienza
desde antes de nacer.
Hoy, se hace evidente
percibir, que existen elevados niveles de ansiedad en las personas, sobre todo
en los adolescentes, quienes ven
alterados sus estados de ánimo, desencadenando actitudes inseguras, sienten una
gran necesidad de recibir la aprobación de los demás, en las tareas que
desempeñan, etc. Todo esto formando parte, como una arista a su formación de
identidad.
Los adolescentes se
constituyen en grupos, y son en éstos, donde se generan los patrones de
conducta que se propone seguir el adolescente. El deseo de ser independiente de
la familia lo va a suplir con la dependencia que siente hacia el grupo. Quizás
sea buscar una identidad diferente a la de sus padres, o ahogar el sentimiento
que le ocupa en el momento. El hecho es que una de las actividades que más
realizan los adolescentes es escuchar música. La música une a individuos de puntos
diferentes de la sociedad.
La música es un vehículo
de lenguaje, que moviliza e influye de manera sustancial en las actitudes,
estados de ánimos, emociones y los actos del ser humano. Igualmente contribuye, a la adaptación del individuo a su
medio. Por otra parte, la música es un estímulo que enriquece el proceso
sensorial, cognitivo, vale decir, el pensamiento, el lenguaje, el aprendizaje y
la memoria y también enriquece los procesos motores, además de fomentar la
creatividad y la disposición al cambio.
La música un medio
portador de nuevas experiencias, un arquitecto de verdades. De este modo, el
adolescente convive y forma parte de esta generación, transformando su entorno,
su vida y la de otros, todo gracias al lenguaje. El lenguaje es factor de
identidad, que nos une al pasado y proyecta al futuro. Además, es un vínculo de
símbolos que aglutina a la comunidad que comparte el mismo código. No
sólo es un método de comunicación, lo trasciende porque es una institución
social, lazo incuestionable, que lo mantiene gravitando sobre nuestra
actualidad, que reúne y es un motor de identificación.
Efectivamente durante este camino de publicaciones iremos viendo diversas alternativas de trabajo.
Efectivamente durante este camino de publicaciones iremos viendo diversas alternativas de trabajo.
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